Donald Trump, presidente estadounidense, indicó ayer a un grupo de seguidores de que eran “muy afortunados” por haber tenido el “privilegio” de votar por él.
“Oh, ustedes están felices porque votaron por mí. Son muy afortunados de que les haya dado ese provilegio”, dijo causando vítores de los asistentes durante un mitin con agricultores en Nashville, Tennessee.
Sus declaraciones se dieron el mismo día que la prensa estadounidense debatía sobre la estabilidad mental del presidente, la cual quedó en duda en el libro Fire and Fury: Inside the Trump White House” (Fuego y Furia: Dentro de la Casa Blanca de Trump), en el cual su autor, Michael Wolff, asegura que “cada uno de los miembros del staff de la Casa Blanca cuestiona la salud mental del mandatario.
En su defensa, Trump emitió el pasado sábado una serie de mensajes a través de Twitter en los que aseguró que era un “genio muy estable”.
Ayer se reveló que el presidente se someterá el fin de semana próximo a un examen médico que no comprenderá una revisión psiquiátrica.
“No”, se limitó a responder Hogan Gidley, portavoz del Ejecutivo estadounidense a bordo del Air Force One, sin otras precisiones. “Está chispeante como un rayo”, aseguró.
De 71 años de edad, el mandatario estadounidense será examinado el viernes en el hospital militar de Walter Reed, en la cercana periferia de Washington, y los resultados de los análisis serán difundidos públicamente, señaló la Casa Blanca.
Durante la campaña electoral de 2016, Trump había publicado un correo de su médico, Harold Bornstein, en el cual se establecía su “excelente estado” de salud.
El mismo especialista había afirmado a fines de 2015 que si Trump resultara ganador en las elecciones presidenciales sería “el individuo más sano nunca antes” electo para llegar a la Casa Blanca.